He aquí mi Siervo, a quien elegí,
mi Amado,
en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará el juicio a las naciones. No disputará ni gritará, ni oirá nadie en las plazas su voz. La caña cascada no la quebrará, ni apagará la mecha humeante, hasta que lleve a la victoria el juicio: en su nombre pondrán las naciones su esperanza.
(Mt 12,18-21)
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miércoles, 4 de abril de 2012
Procesión del Silencio 2012
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